Julián Rojas Su Cumpleaños Y La Lucha Por Salir De Las Drogas

El rey vallenato pasó su cumpleaños número 48 en la IPS Proyecto Hombres de Bien, sitio al que llegó para buscar solución a su problema de drogadicción. El cantante Jorge Oñate fue a visitarlo, le cantó y compartió con él una torta.

“Buenos días comunidad, yo soy Julián Rojas”. Sin su arma más preciada como es el acordeón, el rey vallenato soltó ‘ráfagas’ de esperanzas, animando su ‘rebelde’ pensamiento a salir adelante y encerrar entre rejas el pasado oscuro que vive por culpa de su adicción a las drogas.

Como si fuera un soldado se presentó ante otros 45 jóvenes que han sido absorbidos por la marihuana, cocaína, bazuco y hasta los juegos electrónicos, quienes intentan devolverse el ánimo a través de las lecturas de la Biblia y la ayuda de psicólogos, psiquiatras y médicos.
Un aplauso resonó con motivo del cumpleaños festejado por el rey 1991. Sus ojos no se contuvieron y las lágrimas bajaron por sus mejillas: “Me emociono porque estoy aquí, por la visita, pero por este proyecto de vida, porque es una nueva oportunidad que nos brinda Dios”, dijo Julián Rojas, agradeciendo además al cantante Jorge Oñate, quien fuese su compañero en la producción ‘El Invencible’.

Se le notó sereno. Analista del panorama y el escenario. Un vestuario institucional lo acompañó; camiseta blanca, pantalon corto gris, zapatos tenis negros y sobre su mano derecha una manilla diseñada, en el mismo centro, y que lleva su nombre en letra de distintos colores.

“Esta es una oportunidad que Dios me está brindando. Tengo la certeza de que será la última y la vencida”, recalcó el acordeonero que derrotó a ‘Juancho’ Rois en el Festival Vallenato de 1991. Hoy atraviesa una crisis a nivel emocional, que lo condujo a refugiarse en el mundo de las drogas, tocando además hasta la mendicidad. Su último refugio fue una ‘olla’ ubicada en cercanías a La Terminal de Transportes de Valledupar, de donde fue sacado por José Enrique ‘Coco’ Zuleta, Iván Villazón, Tomás Alfonso ‘Poncho’ Zuleta y Jairo Hernández, director de la IPS Proyecto Hombres de Bien, para luego llevarlo a un proceso que incluye desintoxicación y recuperación a nivel espiritual, mental y de su cuerpo.

Desde niño, confesó Julián, su círculo en la farándula lo llevó a probar droga y desde entonces no ha podido salir “de ese mundo oscuro y tenebroso que no sirve”. Él nació en San Andrés y Providencia, su hermano Jorge lo llevó a Bogotá y allí aprendió a tocar el acordeón, convirtiéndose años después en uno de los ejecutores más reconocidos y buscados del género vallenato.

“A mí me dañaron las amistades, desde muy niño, si yo hubiese tenido gente que me orientara fuera diferente. Mis padres eran muy pobres y yo era un joven libre como el viento. A las nuevas generaciones les aconsejo tener mucho cuidado, deben estar muy pilosos para no adquirir las mañas y los vicios de otros, porque todo entra por los ojos y las propuestas dañinas que hacen. Lo mejor es que estudien y se proyecten en actividades positivas”, reafirmó Rojas.

Nunca olvida lo duro que ha sido trasegar del pasado al presente. Julián afirma no vivir de la historia y mucho menos de los pergaminos recolectados a lo largo de más de 30 años de carrera artística y dice que tiene 10 años para aportárselos al vallenato.

“Una publicación me movió”: Jorge Oñate

A las 10:41 de la mañana del 23 de julio, Jorge Oñate y Julián Rojas se estrecharon un abrazo cordial y sentimental. ‘El Jilguero de América’ quiso ir hasta la Fundación Hombres de Bien y sorprender a Julián Rojas, con un detalle como la torta, ropa y hasta risas.

Al finalizar su discurso, Oñate invitó a Julián a la mesa principal y allí le brindó una torta, un acordeón apareció y entonces comenzó la parranda que incluyó la entonación del cumpleaños feliz y hasta la canción ‘Amalaya’, éxito de estas dos figuras del folclor reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Jorge Oñate aprovechó también para firmar autógrafos y tomarse fotografías con los integrantes de Hombres de Bien.

Jairo Hernández Villazón, director de la IPS Proyecto Hombres de Bien, le dijo al acordeonero: “El pasado es pasado. No le tengas miedo al éxito porque para ti un tabaco se vuelve indomable”, recalcándole que el programa es psicoeducativo donde son diferentes protagonistas con los mismos escenarios.

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